Este jueves las ocho mujeres cubanas que fueron liberadas por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) -tras varias semanas detenidas- se reunieron con la congresista María Elvira Salazar, quien facilitó su salida de los centros de detención en donde se encontraban estas mujeres.
Beatriz Monteagudo, una de las 8 mujeres cubanas con I-220A que fueron liberadas, relata: “Nos pusieron grilletes, cadenas a la cintura. Como si nosotros hubiésemos cometido un delito enorme. Se que es el procedimiento, pero para mí lo más traumático fue eso”.
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Para muchas de ellas lo que parecía ser una cita rutinaria en las oficinas de ICE terminó en un arresto y la posible deportación que siempre estuvo latente.
Monteagudo recuerda que estaba “con 18 personas más que nos mirábamos entre sí y no sabíamos que estaba pasando, solo nos dijeron que iban a decidir si no ponían un grillete o nos iban a dejar salir”.
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Todas las mujeres con el documento I-220A tenían casos pendientes en corte. Durante dos meses transitaron por varios centros para migrantes hasta que este martes, Beatriz Monteagudo, de 25 años, fue la última en salir en libertad.
“Beatriz no tenía ni un récord criminal, no le había llegado su permiso de trabajo, había aplicado por su asilo, en el tiempo permitido”, explica la abogada de inmigración, Liudmila A. Marcelo.
“Yo dije: ‘Dios mío, si tu idea es que yo me quede detenida, que sea en este país, pero no en Cuba’. Si yo regreso a ese país, enseguida caería presa, la verdad que si”, remarca la cubana.
“La primera opción para los I-220A es defender su caso de asilo. Y hay que prepararlo bien, porque los jueces están pidiendo cada vez más evidencias. Y la otra opción es que la demanda que existe para que sea considerada un parole, prospere”, asegura la abogada.
Monteagudo a sus 25 años, mantiene la esperanza de una vida en EEUU, por lo que solicitar una salida voluntaria – dice – no será su opción, como le propusieron cuando estaba detenida.
“Yo hasta me molesté. Les dije que no iba a solicitar mi salida voluntaria, porque yo estoy defendiendo mi caso de asilo político aquí y al no ser ciudadana de otro país, tendría que regresar a Cuba”, expresó Beatriz Monteagudo.